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Foto del escritorMoises Guardado

Puerto Vallarta: Historia, Tradición y Fe.

Para quienes visitan Puerto Vallarta entre el 1.º y el 12 de diciembre, estas fechas ofrecen una experiencia única, llena de color, música, fe y una profunda conexión con la historia del puerto. Las festividades en honor a Nuestra Señora de Guadalupe coinciden con el aniversario de la fundación de la ciudad, lo que las convierte en un periodo especial para locales y visitantes.


Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe


Fundación de Puerto Vallarta: Una Historia de Devoción

La fundación de Puerto Vallarta, en su esencia, está entrelazada con la Virgen de Guadalupe. En el libro Eco de Caracoles, de los cronistas Juan Manuel y Eduardo Gómez Encarnación, se narra cómo en 1950 surgió la inquietud entre los vallartenses de establecer la fecha oficial de fundación de su ciudad. El presidente municipal de aquel entonces, Roberto Contreras, creó un comité compuesto por figuras como Doña Catalina Montes de Oca, Doña Margarita Mantecón de Garza, el Dr. Antonio Sahagún y el Lic. Rodríguez Pedroza. Este grupo llevó a cabo investigaciones exhaustivas en archivos de pueblos cercanos como Mascota, Talpa, Cuale y San Sebastián del Oeste, así como en la propia parroquia del puerto. También entrevistaron a personas mayores que conservaran recuerdos de la historia local.


Tras este trabajo, se llegó a la conclusión de que Puerto Vallarta fue fundado el 12 de diciembre de 1851, día dedicado a la Virgen de Guadalupe. El primer nombre de esta ciudad, Las Peñas de Santa María de Guadalupe, proviene de dos elementos. Por un lado, "Las Peñas" es un término documentado desde el siglo XVI, cuando exploradores y piratas como Sir Francis Drake identificaron la zona por sus formaciones rocosas. Esta referencia es mencionada en el libro Puerto Vallarta en mis Recuerdos de Doña Catalina Montes de Oca. Por otro lado, "Santa María de Guadalupe" honra a la Virgen, cuyo día coincide con la fundación. El cabildo municipal oficializó esta fecha el 30 de noviembre de 1951, y desde entonces, el 12 de diciembre celebra tanto la devoción guadalupana como el aniversario del puerto.


Una Fiesta de Fe y Tradición

La Virgen de Guadalupe es un símbolo profundamente arraigado en la identidad mexicana. Desde su aparición en el cerro del Tepeyac en 1531, ha sido un faro de esperanza, fe y unión para el pueblo mexicano. En ella confluyen la espiritualidad indígena y la religión cristiana, creando una devoción que ha atravesado generaciones y fronteras. La figura de la Virgen no solo representa lo divino, sino también la fortaleza y el espíritu resiliente de una nación.


Peregrinos en camino y dentro de la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe


Entre el 1.º y el 12 de diciembre, Puerto Vallarta se llena de una atmósfera única que refleja esta devoción. Las peregrinaciones diarias por la calle Juárez son un punto clave de las festividades, comenzando cada tarde desde las 5:00 p.m. Grupos de trabajadores, estudiantes, maestros, comerciantes, familias, caminan al ritmo de cantos y rezos, llevando ofrendas florales y frutales expresando agradecimiento. Estas procesiones, que simbolizan el fervor del pueblo, son un recordatorio del profundo vínculo entre la fe y la vida cotidiana en México.


Una Celebración que Fortalece la Identidad Cultural

Dentro de estas procesiones, es común encontrarse con expresiones culturales profundamente significativas, como las danzas tradicionales. Estos grupos, vestidos con atuendos inspirados en las raíces prehispánicas y acompañados de música ancestral, ejecutan bailes en honor y agradecimiento a la Virgen. Estas danzas, llenas de simbolismo, son un recordatorio del sincretismo cultural que caracteriza esta festividad, uniendo lo indígena con lo cristiano en una celebración que honra tanto a la espiritualidad como a la identidad cultural.


Danzantes tradicionales con ropa inspirada en las raíces prehispánicas


Además de las danzas, los peregrinos suelen estar acompañados por grupos musicales tradicionales, como mariachis o bandas, que llenan el ambiente con melodías festivas y emotivas. Este encuentro de música, fe y tradición enriquece la experiencia, transformando las calles del puerto en un espacio de convivencia, devoción y alegría compartida. El recorrido culmina en la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, donde los fieles presentan sus oraciones y peticiones. Posteriormente, la celebración continúa en la Plaza de Armas, donde el ambiente festivo se llena de aromas y sabores. Los puestos ofrecen una variedad de comida típica mexicana, como pozole, enchiladas, tacos o el famoso pay de Yelapa, junto con otras delicias locales.


El bullicio de las calles, las luces, la música y los cuetes crean un mosaico vibrante de emociones, en el que la devoción y la alegría se mezclan. Estas festividades son más que una celebración religiosa; son una expresión viva de nuestra herencia cultural, una manera de fortalecer los lazos comunitarios y de transmitir nuestras tradiciones a las nuevas generaciones. Al recordar y celebrar a la Virgen de Guadalupe, también se celebra la riqueza de nuestras raíces. La fe guadalupana, que une a México desde hace siglos, sigue siendo un pilar en nuestra identidad colectiva.


Nuestra Señora de Guadalupe


En Puerto Vallarta, esta tradición adquiere un matiz especial, pues no solo se honra a la Virgen, sino también al espíritu de una ciudad que ha sabido preservar su esencia a través del tiempo.

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